El reparto de los gastos depende de lo que ambas partes pacten en el contrato de alquiler, mayormente. Sin embargo, existen una serie de reglas comunes en cuanto al reparto del pago de los distintos gastos en un arrendamiento.
Reparto general de gastos
El casero debe hacer frente a los siguientes gastos, a menos que se especifique en el contrato de alquiler:
Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)
Gastos de comunidad de vecinos
Tasa de basuras
Seguro de la vivienda
Seguros de mantenimiento (como el de la caldera)
El inquilino debe costear los consumos que pueden medirse con contadores individuales: agua, luz, gas, teléfono, entre otros.
Averías o daños en la vivienda
El propietario debe ocuparse de las averías importantes como las de la lavadora o la caldera, a menos que sean daños menores o se demuestre que el inquilino es responsable del daño.
En cuanto al inquilino:
Daños causados por él mismo o sus visitantes, como romper un cristal.
Gastos menores derivados del uso diario del piso, como cambiar bombillas, reparar la cadena del baño o la correa de una persiana.